Sonia Díaz Parga
Sonia nació el día de la fiesta del Ángel de la Guarda (2 de octubre de 1970); hija de Daniel y de Isaura fue bautizada el día de Todos los Santos.
Hizo su Primera Comunión en el Colegio de San Vicente de Paúl, el día 21 de mayo de 1978.
Acudía en sus exámenes a la Virgen de Lourdes de Can Cerda, y a través de María encontró a Jesús, ha quien había olvidado al haberse enfriado un poco en la fe.
En Alicante se convirtió a una vida auténtica de santidad, gracias a la ayuda del sacerdote D. Manuel Navarro, el día de Pascua de Resurrección del año 1986.
Perteneció a la “Unión Seglar”.
Fue una verdadera “Alma Pequeña” y vivió con grandes deseos de imitar en las cosas “pequeñas” a Santa Teresita del Niño Jesús.
Perteneció al “Ejército Azul” y vivió la Esclavitud Mariana con verdadero amor filial.
El día 26 de mayo de 1987, dos meses antes de su muerte, recibió el sacramento de la Confirmación, quedando su alma llena del Espíritu Santo, irradiándolo con gran alegría en su rostro y profunda serenidad en su comportamiento.
Fue en peregrinación a Tierra Santa, siguiendo con gran emoción los pasos de Jesús. Regresó pocos días antes de su muerte. Llevaba en su alma un gran anhelo de ser mártir por Cristo y de ofrecer su vida por los demás.
Peregrinó a Montserrat para ganar el Jubileo del Año Mariano el día 25 de julio de 1987 y a la vuelta comenta a su amiga Mª Antonia, que la acompaña: “¡Qué bien si ahora mismo nos muriésemos!” Su alma estaba llena de Dios.
A los tres días (el 28 de julio de 1987) quedó gravemente herida en accidente de coche. Se dirigía a la Basílica de la Virgen del Pilar de Zaragoza para ganar el Jubileo.
Murió en la Residencia del Valle de Hebrón el mismo día 28, a las 11 de la noche. Le faltaban dos meses para cumplir 17 años y un mes y medio para ingresar en el convento de clausura de las Rdas. MM. Agustinas de Alicante.
Podría decirse de ella que:
“es la joven del amor a la eucaristía y del amor a María, al igual que del amor a los demás”.
Así lo dejó escrito en el pensamiento que consta en la portada, y que, sin lugar a dudas, manifiesta un gran anhelo de santidad.
Oración
(Para la devoción privada)
¡Señor Jesús! Tú que derramaste sobre
SONIA gracias abundantísimas, siendo para
todos nosotros un ejemplo vivo de un gran
amor Eucarístico y Mariano, al igual que
de una auténtica caridad para con el prójimo,
escucha nuestras súplicas, socórrenos en
todas nuestras necesidades y alcánzanos la
gracia que te pedimos, si ha de ser para
mayor gloria de Dios y bien de las almas.
(Pídase la gracia)
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.