Padre Martínez Cano, m.C.R.

 Dice el Señor: “Si guardáis mis, mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”. (San Juan 15, 10)

Pastores e hijos de la Iglesia, para permanecer en el amor de Dios debemos cumplir sus mandamientos, la Iglesia los resume en diez. Sin cumplir la ley de Dios no hay amor. El amor para que sea autentico tiene que cumplir la ley. No se puede contraponer el amor a la Ley de Dios. Y hoy se hace.

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Me temo que muchos cristianos entienden por Misericordia divina, lo que Lutero entendía por fe. Él decía, ten mucha fe y peca más.

Este hereje corrompió la fe de Cristo y dividió la Iglesia católica.

Si alguien muere en pecado mortal, se condena eternamente en el infierno. La Virgen dice en Fátima que la mayoría de los que se condenan es por los pecados de la carne. Y Lutero se dejó arrastrar por la lujuria.

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El obispo de Kafanchan (Nigeria) Monseñor Joseph Danlamí Bagobirí, ha manifestado que el 80 % de persecución que se produce actualmente en el mundo es contra los cristianos.

Más de veinte millones de cristianos han sido martirizados en el siglo XX. Y el satánico odio sigue asesinando a miles de cristianos inocentes. Y los mundanos contemplándose el ombligo y regocijándose en el estiércol del diablo.

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Jérôme Lejeune, uno de los grandes científicos de nuestro tiempo, dijo: “la medicina es el odio de la enfermedad y el amor enfermo”.

Hoy ocurre exactamente lo contrario. Cada año se asesinan a cincuenta millones de personas inocentes en las entrañas de sus propias madres. Si la medicina es para asesinar, que se mueran pronto todos los asesinos. Y los que lo amparan con leyes satánicas.