Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino». Jesús le dice: «Mujer, ¿Qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua).

El Párroco

* La Moral Católica no es, como afirman sus enemigos, una moral meramente negativa, que sólo pretende evitar el pecado, sino que es una moral eminentemente positiva, porque tiene como fin la práctica integral de la virtud, que se fundamenta no sólo en lo estrictamente mandado, sino también en lo que está aconsejado como conveniente o necesario para la perfección.

* Sólo la Moral Católica. tiene la fuerza necesaria para establecer y mantener el verdadero orden moral en los individuos, en las familias y en los pueblos.

* Conciencia psicológica es el conocimiento intelectual íntimo que la persona tiene de sí mismo y de sus actos.

* Conciencia moral es la misma inteligencia humana que hace un juicio práctico sobre la bondad o malicia de sus actos. La conciencia es la norma subjetiva de la moralidad de nuestras acciones.

* Antes del acto, la conciencia nos dice lo que debe o no debe hacer, y en consecuencia, lo permite, lo ordena o lo prohíbe.

* Durante el acto la conciencia es testigo de la buena o mala acción; después del acto la conciencia aprueba el acto bueno llenándonos paz y de tranquilidad; o reprueba el acto con el remordimiento si fue malo.

* «La alegría de la buena conciencia es como un anticipado paraíso» (San Agustín).