
Padre Cano, m.C.R.
* Sólo la conciencia cierta es norma legítima del bien obrar, porque el que duda si lo que va a hacer es bueno o malo acepta la posibilidad de ofender a Dios y, por lo mismo, peca realizando con duda esa acción.
* Para juzgar de la bondad o malicia de un acto no es necesario tener certeza absoluta, que excluya toda duda, basta la certeza moral.
* Conciencia dudosa es la que vacila sobre la licitud o ilicitud de un acto sin determinarse a emitir un juicio.
* El principio fundamental que regula la conciencia dudosa es el siguiente: No es lícito obrar con duda, pues se aceptaría la posibilidad de ofender a Dios y cometer un pecado mortal o venial.
* Quien tiene este tipo de conciencia debe consultar a quien esté bien formado para ir saliendo de ella, pues siempre se ha de obrar con conciencia verdadera y cierta.
* Cuando no es posible consultar antes de hacer un acto concreto, debe escoger lo que le parezca menos malo, y si ambas cosas le parecen igualmente malas, no peca al elegir cualquiera de ellas.