Si nos hacemos la pregunta: “seguir a Cristo, ¿nos llama a ser diferentes?” la respuesta es: Sí; Dios nos llama a ser semejantes a Él. Aunque parezca tentador querer imitar al mundo, -sus placeres, sus tendencias, su razonamiento-, el cristiano debe tener claro que su objetivo es el de parecerse a Cristo.
Cada día nos enfrentamos con el desafío de ser diferentes de los que nos rodean. En este mundo en que vivimos, nos miran con desagrado. Para ellos, los que seguimos a Cristo, somos personas «anticuadas» que necesitan adaptarse a los nuevos tiempos, pues ellos, no saben que no hay nada más nuevo que seguir a Jesús, “yo hago nuevas todas las cosas” (Ap 21,5).
Se refieren al cristiano como aquel pobre desgraciado que no va a la moda… que no va a la discoteca… que no va al botellón el fin de semana… que no asiste a las clases de educación sexual… que no se quita la ropa en público… que no dice palabrotas… que no miente… que, en fin, que es diferente de todos. ¡Jóvenes¡, no os importé que los chicos de vuestra misma edad, os cataloguen como “raros” por no hacer lo que la mayoría hace, porque ¡seguir a Cristo vale la pena¡.
Vivimos en un mundo en que la mayoría de la gente, buscan incansablemente nuestra aprobación. Nuestros familiares, compañeros de trabajo, amigos, vecinos, compañeros de clase, etc. piensan que nuestra vida tiene que cuadrar con la de ellos… ¡y trabajan para que así sea! Al ser diferentes de los demás, somos como un faro en medio de la oscuridad, como la sal que da sabor a este mundo insípido.
En cuanto al asunto de imitar o no el ejemplo de los demás, tenemos siempre la última palabra. ¡NO! ¡Nosotros somos diferentes! Porque nuestro capitán y Señor es Cristo, y el señor de este mundo, el señor de la mentira, nos quiere hace creer que los honores del mundo nos van a dar la felicidad, cuando la felicidad solo la da Dios.
Una de las cualidades que se tendrían que destacar exteriormente en un cristiano, sería en el vestir. Cuando hablas con la gente del tema de ir con modestia en el vestir, modestia cristiana, te preguntan, ¿Qué es esto de la modestia? No saben ni siquiera qué significa. En este tema, el maligno, ha vencido con creces, nos tiene a todos donde él quiere.
Duele ver que, muchas veces van con ropa indecente, no los del “mundo”, sino los mismos creyentes. Y cuando hablas un poco del tema, la mayoría se ponen a la defensiva y te contestan “Si todos visten así no voy a ser yo diferente” o ”siento que debo estar con la moda y tener un aspecto moderno”. Yo contesto que, hay mujeres y jóvenes buenas que, usando un poco de ingeniosidad, son capaces de vestirse a la moda pero con decencia.
Sobre este tema de ser diferente en el vestir, expongo aquí una carta de un chico universitario creyente que habla sobre ello:
”Si les tuviera que decir algo a las mujeres sería esto: no conozco a ningún hombre que no luche de alguna manera con la lujuria. Si tuvieran alguna idea de lo que nos pasa por la mente, cambiarían su forma de vestir.
Siendo aún más importante: Dios ha creado la iglesia como un lugar de descanso, donde podamos encontrar a Dios sin distracciones. Es decepcionante cuando entro en una Iglesia y tengo que pasar por las mismas tentaciones que encuentro en el mundo. Pero me alegro cada vez que veo a una chica vestirse con modestia. No tienes ni idea de qué dulce y bonito es ver a una mujer que ha decidido no mostrar su cuerpo como la sociedad actual lo manda hacer, sino que ha decidido servir al Señor y a los hermanos, ¡gracias a Dios por las mujeres que son así!
Cuando mis amigas se visten sin modestia, tiene un efecto negativo en nuestra amistad y si es al contrario es fácil verla como hermana en Cristo. Porque con la chica que no viste bien, hay una batalla constante en mi mente cuando estoy hablando con ella, la comunicación se vuelve más difícil pues estoy luchando con mi tentación. Creo que algunas no saben que a los chicos pequeñas cosas pueden distraernos mucho, como por ejemplo, enseñar su vientre.
Creo que la modestia es atractiva y que ayuda a la amistad, porque facilita que la amistad esté enfocada a Dios y que la comunicación no tenga estorbos.
¡Ven chicas! deben ser diferentes y ayudarnos a no tener ninguna distracción. Ser distintas en humildad, como nuestra madre la Virgen María. Gracias.”
Ser particularmente cuidadosos en vestir con modestia y respetuosamente para la Santa Misa, y para todos los sagrados servicios y lugares; animar a los demás a vestirse con modestia mariana, sin miedo de ser «impopular»; conformarse a los deseos de Nuestra Señora Inmaculada en vez de los decretos de los dictadores paganos de la moda.
Atrévete a ser diferente para que la luz que hay en tu interior se pueda distinguir de las tinieblas que hay en el mundo. No seas un faro fundido ni una lámpara a media luz. Sé una estrella radiante; ¡sé diferente de los que te rodean! Como lo fue Cristo en su tiempo y nos pide que le imitemos nosotros, en nuestro tiempo.
Imitemos en todo a nuestra Madre, la Virgen Maria. Pidámosle ser fieles, fervientes y constantes como lo fue ella con Jesús, a lo largo de su vida; imitemos su pureza, su humildad, su sencillez y su grandeza de corazón. Es todo un itinerario de vida, pero lo podemos intentar cogidos de su mano.

muy bueno es maravilloso