doctores iglesiajpgMª Pilar Frigola

Qué duda cabe que la Fe Católica tiene un componente de Misterio muy relevante. Eso hace que personas poco informadas la consideren irracional e ilógica. Pero ese concepto es fruto de la ignorancia, porque es muy fácil criticar lo que no se conoce, y quien tal hace al final acaba cayendo en el ridículo.

Asimismo, entre los mismos católicos, hay mucho desconocimiento de la propia Fe y de la propia doctrina, de tal forma que una frase muy recurrida: “Doctores tiene la Iglesia”, según en qué contexto, ha sido usada como muestra de la ignorancia y del oscurantismo de la Iglesia… Y nada más equivocado que eso. Esa frase pone de manifiesto que la Santa Iglesia Católica, la única verdadera, estudia constantemente sus propios misterios, y reflexiona sobre la propia doctrina para hacerla asequible a los hombres de cada época, y dar respuesta a las inquietudes nuevas y antiguas que en cada civilización, sociedad, comunidad o grupo de personas aparecen a cada instante. Y ciertamente lo logra, porque al ser divina es intemporal. Y al mismo tiempo, es una confesión humilde de la persona menos formada que tal vez no sabe responder a una cuestión concreta, pero que sabe que si la Iglesia manifiesta que una cosa es verdadera, lo es aunque esa persona no sepa explicarla.

Ese descubrimiento gozoso hice hace años. No soy teólogo, ciertamente, ni he estudiado mucho las cuestiones de Fe, pero he leído bastante porque si en alguna ocasión se han suscitado dudas y preguntas a mi alrededor he querido resolverlas y entenderlas. Y siempre, SIEMPRE, he encontrado que la argumentación de los teólogos a los que he acudido, de las encíclicas, de los documentos -siempre todos ellos fundamentados en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia- daban respuesta a las dudas y convencían a la razón por la solidez de los argumentos. Por eso, cuando ahora ante una duda que no sé resolver digo “Doctores tiene la Iglesia” lo digo con pleno convencimiento de que así es. Yo no tengo ahora la respuesta, pero la Iglesia sí la tiene, y si queremos conocerla, sólo hemos de buscarla.

El peligro está en aquellas personas que lo dicen por decir, y que desconocen los fundamentos de la doctrina que afirman creer. Tenemos que saber “dar razón de nuestra esperanza”. No podemos conformarnos con la ignorancia porque doctores tiene la Iglesia. No debemos pensar que no importa que nosotros no sepamos defender nuestra Fe, porque otros más listos y mejor formados sí saben. Hemos de conocer la doctrina y aprender a defenderla. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de dejarnos convencer por un agnóstico o un hereje con más argumentos, aunque los suyos sean erróneos, y apostatar de la verdadera Iglesia de Jesucristo. Porque lo que sí es cierto es que:

“La ciencia más alabada

es que el hombre bien acabe

porque al final de la jornada

el que se salva, sabe

y el que no, no sabe nada”.