Teodosio I, cristiano convencido, luchó decididamente contra el paganismo y el arrianismo. Ya en el primer año de su reinado promulgó una ley en la que declaraba que »era su voluntad que todos sus súbditos abrazasen la fe católica, predicada por San Pedro y defendida por el obispo Dámaso en Roma».

Recapitulada por el P. Cano

– EMPERADORES CRISTIANOS

A la muerte de Juliano fue proclamado Emperador Joviano quien, aconsejado por San Atanasio, restableció la política de Constantino el Grande, con gran entusiasmo de los cristianos. Terminó felizmente la guerra contra los persas, pero murió al poco tiempo.

El nuevo Emperador, Valentiniano I, de convicciones cristianas (364-375), siguió la política de Joviano de apoyar a la Iglesia, aconsejado por San Ambrosio. Asoció al trono a su hermano Valente, quien favoreció el arrianismo en Oriente.

Graciano (375-383) siguió la política de su padre, Valentiniano I, favoreciendo el Cristianismo y atacando al paganismo. A la muerte de Valente, eligió para gobernar Oriente al valeroso español Teodosio.

Graciano fue asesinado el año 383 y, aunque tenía que subir al trono su hermano Valentiniano II, lo hizo el usurpador Máximo, hasta que en el año 388, Teodosio derrotó al usurpador.

En el año 392 murió Valentiniano II y quedó Teodosio como único emperador.

– EL EMPERADOR TEODOSIO I

Teodosio I (379-395), cristiano convencido, luchó decididamente contra el paganismo y el arrianismo. Ya en el primer año de su reinado promulgó una ley en la que declaraba que »era su voluntad que todos sus súbditos abrazasen la fe católica, predicada por San Pedro y defendida por el obispo Dámaso en Roma».

Declaró al Cristianismo religión oficial del Estado. Ordenó el cierre de todos los templos paganos en el año 386; en el 392 promulgó una ley que consideraba el culto pagano como crimen de lesa majestad. Publicó el Código Teodosiano.

Teodosio era de carácter irascible e inclinado a la crueldad, pero generalmente se dejaba guiar por sus sentimientos cristianos. San Juan Crisóstomo y San Ambrosio se vieron obligados a echarle en cara al Emperador sus abusos de autoridad. Murió el año 395 con una muerte verdaderamente cristiana. San Ambrosio honró su memoria con un célebre discurso.

– EL IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE

A la muerte de Teodosio, sus dos hijos se dividieron el Imperio. Para Arcadio el Oriente (395-408), y para Honorio el Occidente (395-423). Siguieron la misma política de su padre.

En Occidente, Valentiniano III (425-455) sucedió a su padre Honorio, quien ya tuvo que sufrir las invasiones bárbaras de Alarico; puso como Emperador en Roma a Atalo. Debido a estas invasiones, Valentiniano III no pudo poner en práctica las leyes contra los paganos y los herejes.

El Imperio de Occidente quedó reducido a mera apariencia. Máximo asesinó a Valentiniano III. En su tiempo los vándalos, al mando de su rey Genserico, saquearon Roma. Gracias al Papa León Magno, respetó la vida de los romanos. Después siguieron varios emperadores que fueron auténticas caricaturas de Emperador. El último, Rómulo Augústulo, fue depuesto el año 476 por el rey de los Hérulos, Odoacro.

– EL IMPERIO ROMANO DE ORIENTE

Teodosio II (408-450), hijo de Arcadio, influenciado por su hermana Pulquería, combatió el paganismo en Oriente. Publicó el Codex Theodosianus.

Mientras el Imperio de Occidente se descomponía, el Imperio de Oriente o Bizantino se fortalecía y llegaba a su máximo esplendor en el reinado de Justiniano I (527-565). En política conseguía ensanchar notablemente los límites de sus dominios y llegó a acariciar el sueño de unir de nuevo todo el Imperio de Constantino. Conquistó toda Italia, el antiguo reino africano de Cartago y una buena parte del sudeste español.

La política religiosa era, en teoría, la de Constantino: apoyar con todo su poder a la jerarquía eclesiástica. Nunca desconoció la superioridad y autoridad del Papa; sin embargo, en la práctica, Justiniano quiso imponer su autoridad al mismo Papa.

No favoreció a la herejía, pero en muchos casos perjudicó la ortodoxia de la doctrina católica. Trabajó por engrandecer el Cristianismo y persiguió el paganismo; de modo particular persiguió el judaísmo.

Publicó el »Código de Justiniano», las »Novellas», el »Digesto» o »Pandectas», que fue el esfuerzo más notable hasta entonces para organizar la sociedad.

Con los sucesores de Justiniano empiezan las intrigas y discusiones internas que no cesarán casi nunca. Siguió el Cesaro-papismo, que produjo efectos desastrosos y aumentó la oposición entre Oriente y Occidente, entre Constantinopla y Roma.