«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil” tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego. Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda».

Padre Martínez Cano, m.C.R.

* San Jerónimo (siglo IV-V) hizo una traducción de todos los libros de la Sagrada Escritura al latín. Es la Biblia oficial de la Iglesia llamada Vulgata.

* El autor principal de la Biblia es Dios, y el autor secundario el hombre. Inspiración, en sentido bíblico estricto, es una acción divina o influjo sobrenatural por el cual Dios ilumina el entendimiento del autor sagrado para escribir un libro, y mueve eficazmente su voluntad para que exprese la verdad que Él mismo quiere expresar.

* La Sagrada Escritura es la palabra de Dios, y por lo mismo, libre de todo error. La palabra de Dios, que no puede engañarse ni engañar a otros, excluye todo error y contradicción. Dios, suma verdad, no puede ser autor del error. “La Sagrada Escritura no puede mentir” (San Jerónimo).

* En la Sagrada Escritura encuentra la Iglesia su alimento y su fuerza porque en ella recibe la palabra de Dios en toda su pureza. El Padre que está en los cielos sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos por medio del Verbo Divino.

* San Agustín luchó personalmente contra la herejía, cuerpo a cuerpo con el hereje tanto contra la herejía.

* “El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo” (Rodrigo Menéndez Piñar).