Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Artículos - Contracorriente
La Madre María Félix (7)
27 Miércoles Feb 2019
27 Miércoles Feb 2019
27 Miércoles Feb 2019
Posted Artículos - Contracorriente
inCandela Sande
En uno de los países más seguros del mundo, que está también entre los de menor tasa de violencia hacia la mujer, cuando se conoció el brutal asesinato de una joven maestra, Laura Luelmo, a los sospechosos habituales les ha faltado tiempo para sentenciar: todos los hombres son responsables de su muerte.
Creo que si me hubiera quedado dormida hace veinticinco años y despertara hoy, el fenómeno global que más me sorprendería es el de la espectacular infantilización del discurso público. Es como si se hubiese perdido la capacidad más elemental de discurrir, los rudimentos más básicos de la argumentación y la lógica, hasta al punto de que sería más fácil asistir a debates racionales en un patio de guardería que en la arena pública. Un país en el que se puede sostener el dramático “¡nos están matando!”, cuando la proporción de mujeres asesinadas, afortunadamente, es bajísima, es un país que ha perdido todo sentido de la medida. O, mejor, que está decidido a imponer como sea una ideología sin pies ni cabeza.
La realidad de este funesto crimen destroza por completo la narrativa, la hace pedazos; pero eso no hace recapacitar a nadie porque hace tiempo pasó la hora de hacer caso alguno a la realidad, que se ha vuelto opcional. Tenemos, por ejemplo, al periodista Antonio Maestre asegurando en Twitter, sin mayores matizaciones, que quien haya votado a Vox es responsable de la muerte de Luelmo. ¿Por qué?, ¿qué tendrá que ver? Bueno, la idea parece ser que el partido Vox pretende sustituir la nefasta, divisiva, antijurídica, sectaria e ineficaz Ley de Violencia de Género por otra que combata el maltrato doméstico, sin referencia a sexos. Y eso, naturalmente, es prueba de que a uno le corroe un odio homicida hacia cualquier mujer. Pero sucede que a Luelmo no la ha matado el Patriarcado, ni siquiera la Violencia de Género, porque su presunto asesino -que ya ha confesado- no tenía con ella relación alguna. Por lo demás, todo es deprimentemente previsible en el caso: un asesino especialmente brutal que sale de la cárcel y asesina a una vecina joven y guapa que sale a dar un paseo. Se me ocurren decenas de reflexiones a partir de los hechos; que los votantes de Vox tengan algo que ver con Bernardo Montoya, el autor del crimen, o la oposición a la Ley de Violencia de Género con el asesinato en sí, no es una de ellas.
El “pensamiento Alicia” es quizá el peor resultado de este deterioro de las facultades intelectuales modernas de que les hablaba. Incluso un diario nacional, La Razón, abría su edición del 19 de diciembre con un tuit de la víctima que reza: “Te enseñan a no ir sola por sitios oscuros, en vez de enseñar a los monstruos a no serlo”. Les suena, ¿verdad? Seguro que sí, porque llevamos oyendo y leyendo lo mismo, con escasas variaciones, desde hace décadas: aconsejar si quiera de pasada la prudencia más elemental se considera hoy una agresión sexista. Una mujer tiene derecho a ir por donde le dé la gana, como le dé la gana y a la hora que le dé la gana sin que le pase nada. Y, por supuesto, naturalmente, es totalmente cierto. Tiene derecho. El mismo que tendría un tipo sin media bofetada a pasear por el Bronx a las 12 de la noche con fajos de billetes de mil dólares a la vista. Tener derechos de que no te pase nada y tener probabilidades de que no te pase nada -no digamos ya, seguridad plena no son exactamente lo mismo.
Y luego está la segunda parte, ese “enseñar a los monstruos a no serlo”. ¡Ah, la conmovedora confianza en la “educación”! Se diría que Bernardo mató porque nadie le había enseñado que matar está mal, a pesar de haber sido condenado precisamente por hacerlo. No, la educación de verdad, la educación en la vida real, solo puede ser una propuesta que el pupilo podrá, a la larga, rechazar o matizar. E incluso -sabiduría que siempre ha enseñado la Iglesia Católica, hoy en trance de desaparición- es perfectamente posible, e incluso frecuente, considerar que algo es malo y aun así hacerlo. En nuestros remotos tiempos lo llamábamos “pecado”, y era bastante habitual. El ser humano no es un robot ni la educación lo programa como haría con cualquier máquina cibernética.
Leo en Twitter a un tal Rafael García Maldonado que resume impecablemente el estado de esta cuestión: “No sé si os estáis dando cuenta, pero la gente está pidiendo, entre cursiladas y demagogias sonrojantes, un objetivo modesto: que, ni más ni menos, se acabe el mal en el mundo”. Éste es, al fin, el fin tácito de toda ideología. Podría definirse como crear la estructura social que impida a los ciudadanos portarse mal o, como más cínicamente apuntaba Huxley, una sociedad en la que no sea necesario ser bueno. El varón, queremos decir, porque las mujeres ya somos seres angélicos que, como ha dejado claro nada menos que la vicepresidente del Gobierno, somos incapaces de mentir. A las mujeres hay que creerlas “sí o sí”, ha dicho, aunque seguramente con la boca pequeña o sin representar al gabinete en pleno, porque me apuesto mis ingresos de un mes a que si voy a la Agencia Tributaria y les entrego en su momento, a modo de declaración de la renta, un papelito firmado declarando mis ingresos sin justificantes alguno, no me iban a creer “sí o sí”.
Pero, como ya digo, todo queda en lemas para imponer determinadas ideologías o, más bien, para mostrar quién manda, y el principio de no contradicción ya no cuenta. Porque, ¿con qué nos quedamos? ¿Son los varones asesinos en potencia y las mujeres meras víctimas incapaces de mentir, o son iguales hombres y mujeres? Más: ¿cómo se puede seguir hablando de feminismo, lucha de la mujer y toda esta división maniquea que hemos citado si los sexos -géneros, perdón- son meros constructos sociales que cualquiera puede rehacer a su antojo y con su simple declaración? Si Juan es un violador nato solo por el hecho de ser hombre, ¿deja de serlo y se convierte mágicamente en un ser incapaz de decir una mentira en el momento en que declara ser Juana?
(Razón Española)
27 Miércoles Feb 2019
Posted Hemos leído
inPablo
Avanzaba pesadamente hacia el altar, a las cuatro de la madrugada, ante un pueblo de fieles, pobres, ricos, mezclados, que formaban un solo cuerpo inmóvil, una sola oración muda. Avanzaba en la recitación con dificultad creciente y al comienzo del canon se detuvo como ante una escalada inverosímil, una cita de amor doloroso y radiante, un misterio inexpresable, un misterio que podía hacer morir. Esa mirada que eleva a lo alto después de la consagración decía todo eso. Yo me decía: quizás sea el único sacerdote estigmatizado en acto, mientras que todos los demás lo son en potencia. (Jean Guitton “Padre Pío” La Croix, 03/10/1968 – CRISTIANDAD)
Son muchos los fenómenos que en breve tiempo se irán incrementando y nos reclamarán propuestas y respuestas. Sin lugar a dudas hay un inmenso movimiento en Norteamérica que está redescubriendo su pasado hispano previo en casi dos siglos al anglosajón. Grupos de presión portorriqueños se atreven a pedir su integración en España. La lengua castellana está volviendo a prestigiarse en Filipinas. (Javier Barraycoa – AHORA-INFORMACIÓN)
Toda la cristiandad (es decir todo Occidente) compartía los conceptos del bien y el mal: nadie los ponía en cuestión. Y los principios en que se sostenían, tenían un carácter tan absoluto, que la Iglesia se sentía con pleno derecho ¡y obligación! de extender su doctrina por todo el mundo (exactamente lo que ocurre hoy con la democracia, que es tratada como valor absoluto). De ahí la gran gesta evangelizadora del cristianismo, que dio en ocasiones cobertura de legitimidad hasta a las invasiones y colonizaciones. ¡Y hoy son sus enemigos los que presumen de superioridad moral! (Custodio Ballester Bielsa, pbro.)
El mundo afectivo fue nota importante en el fervor de las primeras comunidades cristianas. Pablo, en su carta a los Romanos, recomienda ser afectuosos unos con otros con amor fraternal y sugiere darse preferencia mutuamente (cf. Rm 12, 10). En otra carta recomienda que cada uno estime a los demás como superiores (cf. Fil 2, 3). Un indicador para saber si una comunidad ha pasado de “la muerte” a “la vida” es el amor entre sus miembros (cf. 2ª Pe 1, 7; 1ª Jn 3, 14). (Ángela Cabrera – VIDA SOBRENATURAL)
Celibato y apostolado van muy unidos, como ya Jesús nos lo mostró en la misma vocación de los Doce. Los que son elegidos por Cristo para vivir como compañeros suyos, han de dedicarse a la oración, y para ser fieles colaboradores de su misión, deben aplicarse al ministerio de la palabra (Mc 3, 14; Hch 6, 4). Es decir, dejan matrimonio-familia para vivir en cuanto compañero de Jesús, y dejan sus trabajos para dedicarse plenamente a ser colaboradores de Jesús y de su obra en el mundo. (José María Iraburu)
Será a precio de mártires, de lágrimas, de ceses, de insultos vociferados con los medios potentes de la publicidad y de las agencias al servicio de sus amos. Pero María, Madre del Sacerdote Eterno y de todos sus sacerdotes, dará la inteligencia que necesiten para medir la inaudita blasfemia y sarcasmo satánico de “la abominable desolación predicha por el profeta Daniel en el lugar santo” (Mt 24, 15). Ella misma nos mostrará la faz de la auténtica Iglesia, después de los estragos de la bestia -“su número es seiscientos sesenta y seis”- (Ap 13, 18) (José Ricart Torrens, Pbro. – AVE MARÍA)
El lenguaje es un ejercicio mental, un raciocinio, y el raciocinio es enteramente personal. No se puede comunicar por telepatía. Eso es para mí el caso más evidente, más claro de exorcismo para el exorcista. Para asegurarse el hacer esto, el hablar en una u otras lenguas que sepa el exorcista y que no sepa el otro, que siga la conversación, esta conversación ya no es de él, sino que es del diablo. (P. Francisco de Paula Solá S.J.)
27 Miércoles Feb 2019
Posted Miguicas
inPadre Martínez m.C.R.
* La paz del corazón, el gozo espiritual, no está en conseguir nuestros gustos sino en hacer los gustos de Dios.
* Todas las personas son llamadas a ser hijos de Dios por la gracia santificante. Esa es nuestra gran dignidad.
* La mujer que se independiza de la Ley de Dios, se hace insoportable a sí misma. Al hombre le pasa exactamente lo mismo.
* El ecologismo dice que somos un animal más de la tierra. Jesucristo nos dice que somos hijos de Dios y herederos del Cielo.
* Cuando viene la impaciencia con una persona determinada, recordemos la infinita paciencia que Dios tiene con nosotros.
* El padre Alba decía: “Pensad bien: el demonio nos acomete siempre con imaginaciones para que no pensemos bien del prójimo”.
* “El que torciere las sentencias del Señor en interés de sus propias concupiscencias ese tal es primogénito de Satanás” (San Policarpo).