Recapitulada por el P. Cano
– EVANGELIZACIÓN DE ALEMANIA (SIGLO VI)
En la región danubiana de Alemania florecieron las comunidades cristianas de Augsburgo, Ratisbona y Lorch. También había comunidades cristianas a lo largo del Rhin, Mosa y Morela. Con la invasión de los bárbaros, todas estas Iglesias quedaron destruidas. Sólo lograron salvarse muchos cristianos de la orilla derecha del Rhin.
A finales del siglo V hay tres pueblos independientes en este territorio: la Turingia-Rhenania, en el centro-norte; la Alamana, que comprendía Alsacia, Suavia y parte de Suiza; y Baviera y Austria, que ocupaban la región meridional.
Los suavios deben el principio de su conversión al santo irlandés Fridolín (+530) quien, junto con otros misioneros irlandeses, fundó un monasterio en Säckingen, cerca de Basilea, que sirvió de centro de evangelización de las regiones vecinas.
Los obispos Nicecio (525-566) y Magnerico (566-596) evangelizaron la región de Tréveris.
La región renana fue evangelizada por el obispo franco Goar (560).
– EVANGELIZACIÓN DE ALEMANIA (SIGLO VII)
Hacia el año 610 llegaron a Suavia San Columbano y sus monjes; fundaron monasterios en Tuggen, cerca de Zürich, y en Bregenz, junto al lago de Constanza. Su discípulo Gallo fundó el célebre monasterio de San Gallen, en el año 625. Las sedes principales de esta región fueron Estrasburgo, Augsburgo, Basilea, Constanza y Chur.
En Baviera y Austria no se inició la evangelización del pueblo hasta principios del siglo VII. A mitad del siglo VI tenemos noticias de la conversión del duque Garibald y su hija Teodolinda. La evangelización de esta región es obra principalmente de San Ruperto de Worms, llamado por esto apóstol de Baviera. Él fue quien bautizó al duque Theodo y fundó en Salzburgo una iglesia y un monasterio dedicados a San Pedro.
Otras dos regiones del norte de Alemania eran la Frisia (Holanda) y Sajonia. Frisia fue evangelizada a finales del siglo VII por San Amando (630-650), que organizó una pequeña iglesia en Utrecht. La evangelización sistemática la realizó San Wilibrordo en 690, verdadero apóstol de Frisia.
La Turingia fue evangelizada por los monjes irlandeses, sobre todo por San Kiliano, que llegaron a Wurzburgo el año 685.
El gran apóstol de todos los tiempos de Alemania fue San Bonifacio, que murió mártir, junto con cincuenta y dos compañeros. Su cuerpo descansa en el monasterio de Fulda.
San Amando de Maastricht (646-660) fue apóstol de Bélgica.
– EL REINO VISIGODO EN ESPAÑA
Los bárbaros que se impusieron en todo el territorio hispánico fueron los visigodos. Establecido el reino visigodo en España, impusieron como religión oficial el arrianismo. Con el reinado de Teodorico (453-466) se inician las persecuciones contra los católicos. Se cometieron infinidad de profanaciones y destrozos en Braga, Astorga, Palencia y todo el norte de España.
Eurico, hermano y sucesor de Teodorico, elevó a su apogeo el poder visigodo. Persiguió también a los católicos y desterró a muchos obispos.
En los reinados siguientes comienza un largo período de tolerancia que aprovechan los católicos para organizarse mejor. De tal manera, que en el año 527 celebran el II Concilio de Toledo, con cierta protección del rey Amalarico.
Leovigildo (569-586), rey visigodo de grandes cualidades, derrotó a los suevos. Y, para lograr la unidad de la nación, ordenó que todos los cristianos de su reino aceptaran el arrianismo. Al principio la persecución fue incruenta, pero tenaz y violenta. Desterró al obispo de Mérida, Massona, y después a todos los obispos que se oponían a sus planes. Convocó un conciliábulo arriano en Toledo durante el año 580.
Dos años después, su hijo Hermenegildo, convertido al catolicismo por el influjo de su esposa Ingunde y San Leandro, fue puesto por su padre al frente de la Bética; declaró la guerra a su padre, apoyado por los cristianos romanos. Vencido Hermenegildo, fue llevado preso a Valencia y luego a Tarragona, donde murió mártir por negarse a recibir la Comunión de manos de un obispo arriano.