Con cada Misa oída o mandada a celebrar, disminuyes tu Purgatorio. En la hora de la muerte las misas a las cuales has asistido devotamente, formarán tu más grande consuelo. Cada Misa te procura un grado más alto de gloria en el Ciclo. En ella recibes la bendición del sacerdote, que el Señor ratifica en el Cielo y quedan bendecidos tus negocios e intereses personales.
El valor de la Santa Misa (XVI)
06 domingo Ene 2019
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