Un movimiento más que un programa

El Movimiento que hoy nosotros conducimos es justamente esto: un movimiento más que un programa. Y como tal, está en proceso de elaboración y sujeto a constante revisión y mejora, a medida que la realidad lo aconseje. No es cosa rígida ni estática, sino flexible. Y que —como Movimiento— ha tenido, por tanto, diferentes etapas.

(19-1V-1937: Salamanca. -Discurso de Unificación.)

El sentido del deber

Ese sentido del deber ha de ser profesado de un modo singular por las clases altas, que son depositarías de la tradición, y por los intelectuales con alma y pensamientos españoles, sin los cuales el Movimiento carecería de rumbos doctrinales, y por los obreros, a quienes el proteccionalismo del nuevo Estado impone compensaciones de disciplina y servicio.

(19-IV-1938: Zaragoza. -Aniversario de la Unificación.)

El interés supremo de la Patria

Nuestro Movimiento, como muchas veces os dijimos, no es un programa ni una creación rígida; subordinado al interés supremo de la Patria y al servicio de la justicia, a ellos se amolda sin reservas ni temor de llevar a cabo cuantas modificaciones o perfeccionamientos exija su mejor servicio; pero nada absolutamente ha cambiado en lo fundamental que obligue a desviarnos del recto camino que desde hace siete años nos hemos trazado.

(1-X-1943: Madrid.)