Isabel
La propaganda política
Las ideologías, la educación, la propaganda de los gobiernos y los media durante generaciones, intensificadas desde la Gran Guerra de 1914-1918, y aún más desde la SGM bajo la influencia de la propaganda soviética, de la Escuela de Frankfurt, Gramsci, los partidos comunistas y socialistas, las universidades norteamericanas, los medios de comunicación –“la televisión es la violación de las masas” (J.-F Revel)-, etc., han infantilizado a los pueblos europeos como en la ciudad de los lidios. Sin la propaganda, decía también Revel resumiendo todo eso, no existiría el socialismo, es decir, el colectivismo, es decir, el totalitarismo, es decir, el estatismo, o sea, los Estados y Gobiernos como patrimonio de las oligarquías. (Dalmacio Negro – RAZÓN ESPAÑOLA)
La mujer
Edith Stein
Para la esposa y madre hay todavía otra fuente especial de fuerza: el sacramento del matrimonio. La unión, que se produce, es algo bendecido y santificado. Ella debe, con el varón que ha sido puesto a su lado, ser uno como la Iglesia con Cristo, su cabeza mística. Esta comparación del apóstol dice más que una simple imagen. Con la aceptación con que la esposa ante el testigo sacerdotal pronuncia un consentimiento, se hace ella un especial órgano en el místico cuerpo de Cristo. Como en la Iglesia la vida de la gracia, que se le derrama de su Cabeza, en sí contiene y conduce en continua fecundidad a los miembros siempre nuevos, así está llamada la mujer -como una imagen visible de la Iglesia- a aumentar el número de hijos de Dios por medio de la vida natural y de la gracia.
Impiedad y revolución
Si no hay Verdad, ¿de qué sirven la Revelación y la Tradición?, ¿cuál es su sentido? “El Papa y su Magisterio -me señalaba Pedro Calderón- pasan a ser desempleados, que es algo más que desautorizados. No hay verdad, y no se puede pretender para ella función ontológica alguna, menos aún teológica”. La inteligencia se ha convertido en baremo de la realidad y no a la inversa; la razón manda así en la ciencia como en la teología. En síntesis, la secularización -según la enseñanza de Antonio Rosmini- es “la impiedad”; o, en palabras de Mons. Gaume, es “la revolución”. (Juan Fernando Segovia – VERBO)
Dureza de corazón (87)
Como ya casi no hay fe en el mundo cuesta mucho ver en las aflicciones el castigo de Dios. Hablamos de mala suerte, de fatalidad… ¿O quizá sea cierto que Dios castiga menos que antes? Si así fuera podría darnos a entender que nuestras almas se han endurecido tanto que Dios ya no ve el castigo como remedio. No es que Dios nos ame menos; nos ama igual o más, pero conoce que el efecto del castigo sería una mayor rebelión, un pecado mayor… Y así por nuestra dureza de corazón y por nuestro bien, Dios deja de aplicarnos el remedio curativo del castigo. (Jaime Solá Grané)
El Estado distributivo
Un sistema económico donde la mayoría de las personas sean propietarias, y sus propiedades se empleen en la actividad productiva para el sustento de cada uno y su familia, es aquel estado ideal de cosas, aquel horizonte de toda política económica y social que tenga pretensión de justicia, que Chesterton o Belloc denominaron Estado distributivo. Y ese ideal, cuyo espejo fue la distribución medieval de la propiedad en la cristiandad, es el que ahora conviene desarrollar para poder aspirar a resolver los problemas de desigualdad social que han generado los sistemas capitalistas liberales. (Javier de Miguel – VERBO)
Capitalismo y comunismo
El capitalismo liberal es la causa y la madriguera del comunismo. Lo dice Pío XI, en la “Divini Redemptoris”: “En esta misma encíclica nuestra hemos mostrado que los medios para salvar al mundo actual del desastre a que el liberalismo amoral nos ha llevado, no consisten en la lucha de clases y en el terror, ni tampoco en el abuso autocrático del poder estatal, sino en la penetración de la justicia social y del sentimiento de amor cristiano en el orden económico y en el orden social”. (Mn. José Ricart Torrens – CATECISMO SOCIAL)
La Unión Europea
La Unión Europea, así, se ha incorporado a una modernidad que reclama como característica fundamental la de reunir en una misma comunidad una diversidad de concepciones religiosas, políticas y morales. Sería una comunidad no sólo plural, sino pluralista. Por ello, sería una Europa que pareciera haber dejado de lado su vocación universalista. (José Luis Widow Lira – VERBO)